Las mujeres indígenas en Bolivia están expuestas a una fuerte sobrecarga de trabajo. Sus días están marcados por la multiactividad: trabajan en diferentes ocupaciones para obtener ingresos económicos; trabajan en casa encargándose en exclusiva de las tareas de cuidados; son las responsables de las cosechas y de la alimentación de sus familias, amortiguando con su esfuerzo las alteraciones climáticas provocadas por el cambio climático y la agroindustria; son las defensoras del territorio y las mantenedoras de comunidades en peligro de desaparición.
En los últimos años muchas mujeres indígenas han ido ganando espacios de representación en la esfera política a través de su participación activa en organizaciones comunitarias. Aunque en aumento sigue siendo inferior a la de los hombres en cuanto a la posibilidad de exponer su opinión, la toma de decisiones y el valor que se le da a su trabajo.
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