Adolfo, tras recuperarse de una grave enfermedad que casi acaba con su vida, decide cambiar y transformarse convirtiéndose en cantante de coplas españolas y andaluzas.
Tras un periodo de aprendizaje, empieza a cantar de manera altruista en residencias de mayores, lugar donde conocerá a muchas personas con Alzheimer. Este colectivo pasa a ser su público y es cuando descubrirá algo maravilloso: aunque estas personas no recuerdan apenas nada –en ocasiones, ni a sus propios familiares–, cuando les canta las canciones que una vez fueron la banda sonora de sus vidas, logran recordarlas haciéndoles partícipes de su espectáculo. De esta manera, Adolfo logra conectar con su fibra más íntima estimulando los recuerdos asociados a la música que interpreta.
En pocos años, Adolfo es reconocido como cantante de copla y gana una gran reputación, llegando a estar cada vez más solicitado, no solo en centros de mayores, sino también en ferias y festivales, demostrando así que nunca es tarde para renacer.
Ficha del video
También te gustará
Porque no sabías que te gustaban tanto los cortos… Hasta ahora