La vida es hablar de tonterías con la gente que se quiere.
Irene es la única de su grupo de apoyo que todavía no ha compartido las últimas palabras de su ser querido, pero es una pregunta que no está preparada a responder.
El cortometraje fue preseleccionado por la Academia de Cine para competir en la 31 edición de los premios Goya, en la categoría de Mejor Cortometraje de Ficción.
Estrenado en la 17 Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid, el cortometraje también se proyectó en el Nashville Film Festival (preseleccionador de los Óscar), Festival de Cine de Lima, San Francisco Independent Film Festival y en el Brooklyn Film Festival.
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