Nadie escuchará un grito mío, ni un lamento…, todo en silencio, con discreción, para no molestar los sueños serenos de los ciudadanos felices de este país limpio… y ordenado. Dormid, dormid, gentes bien cebadas y atónitas de mi Alemania, y también vosotros de Europa, gentes sensatas, ¡dormid serenos como muertos! Mi grito no puede despertaros… No se despiertan los habitantes de un cementerio. Los únicos que sentirán crecer el odio y la rabia, lo sé, serán aquellos que sudan y revientan en la sala de máquinas de vuestro gran navío: los emigrantes turcos, españoles, italianos, griegos, árabes y las mujeres, todas las mujeres que han comprendido su condición de sometidas, humilladas y explotadas.Fuente: https://www.todoporhacer.org/corto-ulrike-grito/
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