Crónica cinematográfica del cortometraje “El vendedor del año”, los implacables resultados de ventas
Por Fernando Tresviernes
El vendedor del año es un corto español con subtítulos en inglés de 15’20 minutos realizado en 2010 por el director, actor, escritor, director y productor Coté Soler con guión de José Ramón Soriano.
Producido por Carlos Medina. Ganador de premios en festivales, fue candidato a Mejor Cortometraje de Ficción de los Premios Goya en 2011.
«Te tengo que despedir, para eso me pagan«
El vendedor del año trata sobre las relaciones internas de trabajo en una multinacional de ventas con sede principal en Londres. En su delegación española Felipe, interpretado por el popular actor Javier Gutiérrez, acude al despacho de su jefe de personal Arturo, Fernando Cayo. Parece en principio que entre ellos hay una relación de confianza con buen humor. Sin embargo Arturo presionado por la central londinense decide despedir a un vendedor. Parece ser Felipe el elegido para ser cesado.
Cuando Felipe sale del despacho de su jefe tropieza en un pasillo con otra vendedora Esther, Luisa Fernández, cayendo la carpeta de ésta al suelo.
Un buen montaje de Iván Pleite y Nano Usieto hace que alternen con habilidad las secuencias narrativas a modo de flasbacks para crear más tensión. Lo que parece evidente que ha sucedido al final no es lo que parecía. El final por ello es muy sorpresivo.
«Vender es como ligar«
La acción se mantiene con interés gracias a los giros narrativos que hacen que varíe la perspectiva de los personajes, especialmente de Arturo.
Un incidente hace que cambien las actitudes, comportamientos y consecuencias. Ello afecta tanto al jefe obstinado en despedir como al vendedor atenazado por la crisis que ha hecho bajar sus resultados. Si le despiden, la familia de Felipe será la más afectada.
La trama es dramática con buenas interpretaciones tanto del actor Javier Gutiérrez como de Fernando Cayo. Acertada puesta en escena. La actriz Luisa Fernández, en un papel secundario de menos posibilidades de lucimiento, tiene una interpretación correcta.
La dirección artística de Raquel Montero va en consonancia con la fotografía de Carlos Ferro. El primer plano del comienzo es especialmente estético con las bolas de chicle de colores por el suelo. Es conveniente e interesante poner atención a la letra de la canción “Demasiado humano” del grupo vigués “Def Con Dos” que cierra el cortometraje.