Crítica del cortometraje “Lo importante»
Por Javier Nodras
Hay cortometrajes que se recuerdan mucho más que larguísimas películas, o series con decenas o cientos de episodios. “Lo importante” es uno de ellos, porque deja un poso que no se diluye con el paso del tiempo, haciendo honor a su título.
A partir de una anécdota trivial, la eleva a la categoría de alegoría, de canto a la ilusión de millones de niños que acuden a practicar deporte con el ensueño de algún día triunfar, como si el triunfo estuviera en el éxito externo, y no en descubrir que es el camino, y no la meta, el objetivo real y verdadero de la vida.
Habla sobre esos entrenadores que persiguen el éxito deportivo por encima de la formación de sus alumnos, como si ser persona fuera menos importante que ser deportista, como si alcanzar la élite de una actividad tan exigente (y al alcance de un porcentaje absolutamente ridículo de personas) fuera el objeto principal de su trabajo. Parecen olvidar que son profesores, maestros, por encima de todo, de personas en formación. No importa lo humildes que sean sus equipos, muchos entrenadores gritan a sus jóvenes alumnos como si de ello dependiera que la próxima estrella mundial aparezca sobre la faz de la tierra, como si fuera verdad que la letra con sangre entra.
Y nos recuerda, con esa última escena, que la sabiduría no entiende de edades, que son los niños los que pueden educar a los adultos, como si las personas nacieran sabias y crecer consistiera en olvidar lo que sabíamos, lo que es lo verdaderamente importante.
Cabe destacar, por último, las dos magníficas interpretaciones de los protagonistas de este cortometraje: Antonio Resines y Cristopher Torres. El duelo de miradas que mantienen ambos en la escena final es un momento que solo está al alcance de actores de primer orden.
CORTOMETRAJE COMPLETO