Crónica cinematográfica del documental “Mi querida calle San Juan», los veinte primeros años del actor Lucio Romero
Por Fernando Tresviernes
Presentación del documental en Málaga
El pasado viernes 30 de julio de 2021 asistimos a la presentación en Málaga del documental Mi querida calle San Juan del joven director Daniel Sanchidrián. El rodaje de cinco horas está concentrado en los 22 minutos del documental.
El director de 23 años de Rincón de la Victoria trabaja actualmente en Madrid desde hace dos años en la productora audiovisual Road to Films. La banda sonora está compuesta por su padre Manuel J. Sanchidrián. El documental está creado a partir de una idea del actor Lucio Romero.
Sus primeros veinte años de vida en Málaga
Es un homenaje intimista al gran actor de teatro y cine malagueño Lucio Romero. En forma de charla de amigos desgrana el veterano actor sus primeros veinte años de vida en Málaga. Luego se marcharía a Madrid para abrirse carrera en el teatro y posteriormente en el cine.
Criado en la céntrica calle San Juan, el documental tiene localizaciones en la casa del actor, la cercana iglesia de San Juan y la terraza del hotel Málaga Premium.
A lo largo del documental se describe su temprana afición al cine desde la infancia así como sus comienzos como actor aficionado en el Teatro Romano de Málaga.
“Mis carteles son mis hijos”
En el posterior coloquio, moderado por la periodista Desireé González celebrado con el público asistente, Lucio Romero comentó con su habitual calidez humana y peculiar humor múltiples anécdotas. También comentó su aún insatisfecho deseo de que un museo de Málaga acoja su gran colección de más de cuatro mil carteles de películas. Colección de originales desde los años 20 del pasado siglo que comenzó a raíz de un primer cartel de su admirada Juanita Reina.
No dejó tampoco de hablar de proyectos futuros en el audiovisual así como la presentación aún pendiente del documental en Madrid.
“Quiero morir en calle San Juan”
Siendo soltero declara que él se casó con el oficio de actor. Ahora Lucio vive muy cerca de la céntrica y popular calle San Juan pero deseando poder mudarse a la cercana calle que tanto ama. De pequeño vivió en un edificio ya desaparecido situado en el número 27.
Sus primeros escenarios de juegos y ensoñaciones fueron la carnicería de su padre, la farmacia de Bonifacio y el cercano cine de sesiones dobles. Lucio Romero se muestra como es, un gran conversador dotado de un ingenioso y personal humor.