Mordaz visión de la utopía basada en la felicidad. Los conejos son sumamente felices. Nada terrible les puede suceder, ya que están en la parte superior del árbol de la evolución: no tienen cerebro. Los conejos viven en las ruinas de Rabbitland, la democracia perfecta. Cada día, sus habitantes salen a votar, y cada día votan por los mismos representantes. Después de la votación todos se van a casa, a ver los resultados en la televisión, y son felices. Tan felices que, en realidad, es espeluznante.
Ficha del video
También te gustará
Porque no sabías que te gustaban tanto los cortos… Hasta ahora