La mujer perdida está en un cuarto a oscuras donde se ven solo sus ojos. Va apareciendo un cerebro que le preguntan cosas sobre qué hacer con su vida, sobre su futuro y no sabe qué contestar. Confusa y anonadada por tanta pregunta, trata de huir, pero no puede. Al final encuentra un interruptor y al encenderlo se ve que está sola en la cama. Había sido una pesadilla.

Hace dos semanas que le tenía que haber bajado la regla a la mujer perdida. ¿Y si estuviera embarazada?, ¿no es demasiado vieja? Mientras espera su cita con el ginecólogo, pide consejo a diferentes amigas y cada una le dice una cosa. Al final la ginecóloga le confirma que no está embarazada, sino premenopáusica. ¿No es demasiado joven?

Trabajar desde casa parece fácil, pero no lo es. La mujer perdida es una procrastinadora de manual y menos ponerse a trabajar, hace de todo. Se pasea por casa con el chándal lleno de manchas y el pelo grasiento, mientras en la entrada se acumulan los paquetes de Amazon que incluso no han recogido sus vecinos.

Una yaya gitana que vende hojas de romero, a la puerta de una iglesia le dice a la mujer perdida que le compre una. Pero cuando le da cinco euros, a la gitana le parece poco y le pide 20 euros para comprar unos pañales. Si se los da, tendrá suerte y nunca se arrepentirá. La mujer perdida duda mucho rato, pero finalmente opta para comprarse unos zapatos con el dinero.

Hay muchos comportamientos diarios que delatan la soledad, que no son solo pasar mucho de tiempo sola. La mujer perdida nos va mostrando en ocho sencillos pasos como es sentirse sola y qué consecuencias tiene.

La mujer perdida comparte piso y está convencida que su compañera utiliza su taza y bebe su cacao a escondidas. No sabe cómo expresarle su descontento por vergüenza, hasta que estalla al ver que ha utilizado nuevamente su taza.

Cuando se acaba una relación de años y uno vuelve al mercado de la carne, no es nada fácil. La mujer perdida hace balance sobre lo que significa volver a buscar pareja, y aunque se siente enamorada no confía que sea por mucho de tiempo.

La mujer perdida se repite que es una mujer inteligente, valiente y poderosa. Merece ser respetada por lo que es, y puede afrontar cualquier reto y superarlo. Ella quiere mejorar como persona y para lo cual se auto hipnotiza con un tutorial.

La mujer perdida y su mejor amiga se van de vacaciones. Una quiere escuchar la playlist que preparó para el viaje y la otra no soporta ese tipo de música. Discuten y finalmente deciden escuchar la radio, con la casualidad que colocan la misma música de la playlist.

En una fiesta de disfraces la mujer perdida y su amiga disfrutan, se emborrachan y analizan de una forma simpática sus logros en la vida y los proyectos a futuro. Ellas se sienten perdidas, pero no se rinden y deciden crear un blog para contar su experiencia vital.