La situación que nos presenta el cortometraje es una discusión que puede dividirse en dos partes claras. En la primera parte observamos la escena desde el punto vista de Kite , empleando planos no estáticos, con múltiples enfoques y desenfoques que conducen la vista del espectador a detalles específicos. Conseguimos este efecto con el uso de steadycam y ópticas que deforman el entorno. De este modo presentamos al espectador el mundo desde la perspectiva del personaje alrededor del cual se desarrolla el cortometraje y creamos cierta expectación, despertando su curiosidad. Durante la segunda parte se emplean movimientos circulares de cámara y travellings, que transmiten como el conflicto envuelve a Lara y Sergio, pudiendo observar de forma clara el modo en el que se comportan los personajes.

​Los planos están mimados, compuestos al detalle, ya que todos tienen un “porqué” dentro del montaje. Aunque la música puede realzar ciertos momentos clave, el diálogo y la estética prevalecen por encima de todo. Sin duda, el cortometraje presenta una problemática para que el espectador reflexione, pero principalmente para que se quede con ganas de más.