Inspirada en un plan real de macrodesarrollo para convertir el desierto español de Monegros en un complejo turístico al estilo de Las Vegas. El cazador de iguanas es una historia sobre un personaje soñador que se retira a este paisaje todavía virgen y enigmático sólo para encontrar que su momento de fantasía da paso a una terrible realidad. «Para mí, la localización fue el punto de partida y, en última instancia, el elemento definitorio del corto. He pasado muchas veces por el desierto de los Monegros desde que era niño, a menudo en visitas a los familiares de mi madre que viven en la zona, y siempre me ha fascinado el vacío y la cadena de toros emblemáticos que marcan con orgullo el terreno. Con el tiempo, estos toros, que son los restos de una antigua campaña publicitaria del brandy, se han convertido en un símbolo de una España machista y fervientemente patriótica. Para mí, el toro encarna el lado más oscuro del carácter español. Una devoción extrema por el territorio contrasta con un desprecio total por el medio ambiente y nuestros recursos naturales. Es deprimente ver tantas partes de España completamente destruidas por un desarrollo tan insostenible».